Sin imaginar que el destino cruel,
le arrebatara
lo que más amaba.
Ocultó su dolor
tras la sombra de la noche
tras la sombra de la noche
y miró
el horizonte frío,
vacío...
inmune al dolor...
vacío...
inmune al dolor...
Y a los cuatros vientos
sin interesarle nada...
gritó su amor tan fuerte
gritó su amor tan fuerte
que prefirió echar su suerte...
al mejor postor
al mejor postor
Sin ella...
la vida...
no tenía sentido...
no valía nada.
la vida...
no tenía sentido...
no valía nada.
La gente pasaba a su alrededor,
y ante el inmenso dolor
y ante el inmenso dolor
no se atrevía a decir nada
Enseguida prendió un cerillo...
una terrible
e inconsciente humarada,
Se convirtío en una candente flama...
una terrible
e inconsciente humarada,
Se convirtío en una candente flama...
envolviéndolo
con sus fieras
y amenazantes llamas.
con sus fieras
y amenazantes llamas.
No gemía,
tampoco lloraba
tampoco lloraba
no se escuchó
ni un solo lamento,
ni un solo lamento,
él estaba sufriendo
... agonizando...
muriendo...
... agonizando...
muriendo...
En la oscuridad,
solo brillaban las abrasantes llamas...
y más...
nada.
solo brillaban las abrasantes llamas...
y más...
nada.
Él sólo quería irse
pronto de este mundo,
para reencontrarse...
con su... amada!!!.
pronto de este mundo,
para reencontrarse...
con su... amada!!!.
No cabe duda que hay amores que matan, muy lindo escrito, saludos
ResponderEliminarGracias Iris. Un abrazo.
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