"MUÑEQUITAS DE TRAPO"

¿Qué niña no ha tenido alguna vez, una hermosa muñequita de trapo?... las considero tan lindas, dulces y tiernas, que creo que a muchas niñas nos hicieron muy felices...y en uno de esos momentos infantiles que todos tenemos, me recuerdan mi niñez y también mi adolescencia. Conservé mis muñecas creo que hasta el día que me casé y luego me despedí de ellas dejándolas en la casa de mi madre y cada vez que voy a visitarla corre a sacarlas de mi ex cuarto, para traérselas a sus nietas. Cuando mi mamá me llevaba al mercado y pasábamos por la sección de juguetes, yo me detenía a mirarlas, algunas tan frágiles, otras con sus piernas largas y con sus lindos zapatitos, tenían hermosos vestidos, sombreros y coloridos accesorios. Tanto me gustaban que podía quedarme horas mirándolas, hasta que me compraran una y mi madre me complacía siempre... y cómo las cuidaba!. Decidí aprender  a confeccionarlas y no me perdía el más mínimo detalle para que quedasen siempre lindas.
Hice muchas muñecas, y hasta el día de hoy las conservo... es sorprendente que de tantos retazos de tela, ovillos de lana, algunas pinturas, se puedan hacer estas linduras que alegran el corazón de muchas niñas.

Me metí a investigar la historia de ellas y encontré que las MUÑECAS de la CLÁSICA GRECIA, fueron hechas de barro cocido con sus bracitos y piernas articulados por hilachas de cuero. PLUTARCO, un antiguo historiador ateniense decía que su pequeña hija TIMOXENA pidió a su nana que le diera de lactar a su muñeca como lo hacía con ella. Talvés este pedido infantil es el que sostiene la teoría freudiana del juego como actividad sustitutiva a través del símbolo. Las MUÑECAS DE TRAPO del Imperio Romano a duras penas han podido sobrevivir algunos siglos. Los artesanos PARACAS de nuestro antiguo  PERÚ,  las prensaron en algodones, las forraron en bayeta de tintes naturales y las cosieron con hebras de lana. Luego les bordaron sus ojos y sus labios, un mechón de cabello natural y en el límite de su belleza pusieron también entre sus bracitos, una minúscula muñequita.

Es maravilloso pensar, que en todas las épocas de la historia, siempre existió una linda muñequita de trapo que hizo felíz a muchas niñas, entre ellas... YO!.