Después de ordenar y limpiar mi casa, siento tranquilidad y es que dicen que el desorden es sinónimo de cómo te encuentras interiormente, algunos dirán que no tienen tiempo de ordenar y limpiar, pero es como decir sino tengo tiempo de ordenar mi casa menos tendré tiempo para mí. Y es que "tiempo para mi" significa a mi criterio, soltar, dejar ir, limpiar la mente del "no puedo", disfrutar de nosotros mismos, engreirnos, el darnos un espacio para disfrutar un café a solas, el echarte a tu cama y descansar hasta la hora que te plazca, disfrutar de una película, observar el atardecer, y tantas tantas cosas para hacer que muchas veces nos olvidamos de vivir y de disfrutar de la vida.
Nuestro casa es nuestro reflejo, pero tampoco hay que exagerar y caer en la limpieza obsesiva compulsiva, tampoco tampoco, eso sí ya es cosa sería según los psicolocos, perdón, los psicólogos. Jijiji.
Debo admitir que la limpieza no es tarea fácil puesto que mi casa es grande y por el trabajo solo puedo limpiarla los domingos. Sin embargo, una vez cumplido el objetivo, observo detenidamente cada espacio, cada lugarcito que me acoge cálidamente y siento paz, libertad y las ganas de comenzar un nuevo día con actitud positiva. Así que tú que me estás leyendo coge tu escoba y ponte a limpiar tu casita, de pasadita pones música, te relajas y mueves el esqueleto, al ritmo de un festejo... me salió la rima.
Chaucito.
Nuria
