"RIZITOS DE ORO"

Había recibido mi pedido de HERBALIFE, un batido de vainilla y un frasco de té de limón, estaba emocionada... en poco tiempo sería la barbie más codiciada del barrio, ja,ja,ja... es un broma, tampoco tampoco, con bajar de peso, era suficiente, bueno eso pensé yo, sin embargo tenía un retraso con mi regla y ya habían pasado dos días... realmente no quise darle  importancia, -¡Embarazada otra vez, no lo creo, es imposible!, cuando me disponía a abrir el frasco de té, recordé las palabras de la asesora del producto, -¡Nuria aún no tomes el té, porque puede que estés embarazada y no es bueno, ya que afectaría al bebé!-. le respondí que no, que no era posible que eso suceda, y el recuerdo de sus palabras en mi mente, quizá el instinto maternal, fueron tomando fuerza y no lo hice... no abrí el frasco.

Para convencerme de que no estaba embarazada, me hice una prueba de sangre y ¡Oh sorpresa!, ya no cabía la menor duda, la prueba más acertada... no fallaría... ¡Estaba embarazada!. En esos momentos, no supe qué decir, pero poco a poco, la realidad fue tomando fuerza en mi cerebro y lo acepté. En casa, mi esposo e hijos felices... yo... reponiéndome de la sorpresa. Mi cuerpo tenía que esperar para bajar de peso y realizar mi sueño de tener la figura ideal... algo que ahora no me quita el sueño.
 

Los nueves meses transcurrieron entre ceviches, arroz con leche, gaseosas, de todos los colores y sabores... y también las  incontrolables naúseas que no me dejaron hasta el momento en que mi hermosa princesita nació. Entonces llegó el gran día, el momento más esperado para toda mi familia... el nacimiento de mi útima hija NURIA ANTONELLA, mi RIZITOS DE ORO y hoy junto a sus hermanos me permito decir que soy la madre más felíz y orgullosa de esta planeta.

A escasos días de cumplir 4 añitos, me sorprendo cada vez más de su inteligencia, dicen que los bebés de ahora nacen casi hablando, ja,ja,ja... pero no están lejos de probarlo, porque en mi caso fue así. Tiene los cabellos ensortijados más claros y lindos que he visto alguna vez, ojos casi verdes, mi esposo dice que herencia de su abuelo materno, italiano de nacimiento, blanco y con ojos azules.                     

Tiene un talento innato para el baile y la actuación que ya me lo quisiera ganar y siempre me alegra el corazón con sus ocurrencias y su alegre sonrisa... es la que siempre está en casita conmigo, la que me acompaña a escribir en la compu hasta tarde, porque no duerme si no voy con ella y porque dice que los monstruos del cuarto la asustan, algo que olvida enseguida, cuando empiezo a contarle  un lindo cuento... el de LAS PRINCESAS, inventado por mí y siempre con finales diferentes y divertidos para que se duerma pronto.

Adora su vestido rojo y es muy felíz cantando PARÍS, de la OREJA DE VAN GOGH... y cuando escribo, viene corriendo y se sube a mis piernas, me acaricia y me besa... después me apura para que la lleve a pasear a la plaza con su moto rosada, que maneja a la perfección... le digo siempre: -¡Mi serranita linda-, y ella igual, -¡Mamita, eres mi serranita!...

Yo solo sé que es hermoso despertar cada día al lado de mis hijos, de mi esposo... y agradecerle siempre a Dios por tenerlos a mi lado y por hacerme muy felíz.