¡MI AMOR!... LLEGARON LAS FLORES?.

Cuando tocaron la puerta: -¡Mamá te buscan!-, enseguida dejé lo que estaba haciendo y con una divertida sonrisa, por mi aspecto de cenicienta, (por el trabajo y las tareas de la casa)... me acerqué rápidamente, para ver quién era.

Cuando digo cenicienta me refiero a que no estaba presentable... ja,ja,ja, a decir verdad, no esperaba a nadie... pero igual me acerqué, desbordando mi inquieta personalidad por cada uno de mis poros.

Al abrir la puerta vi a un jovenzuelo con una franca sonrisa y con un hermoso ramo de ROSAS ROJAS, despidiendo el mejor de los aromas... el ramo tenía una tarjetita, entonces dijo: -¡Para la señora Nuria!-, -¡Si, soy YO!-... mi corazón palpitó a mil, firmé, las recibí y le agradecí... emocionada cerré la puerta  y a continuación unas lágrimas brotaron por mi rostro, aquellas bellísimas rosas, me las había enviado mi esposo.

-¡Por Dios!... cuando dejaré de ser sentimental, creo que nunca, aquel delicado detalle me hizo remover las fibras más sensibles de mi corazón.

Entré presurosa para abrir el sobre con la tarjeta, ante la atenta mirada de mis hijos... y al leerla decía:

                                                          

                                                               TODO MI AMOR, ES SÓLO PARA TÍ

                                                                EL TIEMPO PASA Y TODO EN MI TE AÑORA

                                                               TE AMO Y TE LLEVO MUY DENTRO DE MI CORAZÓN

                                                                QUE ESTAS PALABRAS LAS RECUERDES POR SIEMPRE

DANIEL 

14.02.12

Mis hijos me observaban y me abrazaron fuerte, tan fuerte que pude sentir todo su amor, tanta ternura, tanto cariño... felices por el detalle de su padre y emocionados ante mis tontas lágrimillas.

El timbre del celular nos sacó de aquel mágico momento y al responder, era mi Príncipe encantado que muy alegre me dijo: -¡Mi amor, llegaron las flores?, Felíz Día de San Valentín! Te amo!... Paso por tí!-.... snif, snif, snif!.

Terminé de atender a mis hijos con el almuerzo, corrí a buscar el más lindo vestido y me transformé en una hermosa PRINCESA, esperando a mi PRÍNCIPE AZUL.

Él salió del trabajo y a llegar a casa, le estampé un apasionado beso... después de un refrescante duchazo, también se convirtió en un apuesto y elegante PRÍNCIPE y juntos partimos para pasarla divinamente.

Por el camino, recibí más sorpresas... fue un lindo día... casi igual de mágico como aquél día en que nos conocimos.

Y así celebramos, como dos tortolitos... nuestro DÍA DE SAN VALENTÍN!.