lunes, 2 de abril de 2012

¡ASALTO EN LA CARRETERA!

Día sábado 31.03.12, (2:15 p.m.), viajábamos en un auto del comité de la empresa "Turismo Express", que nos llevaría rumbo a Yurimaguas, a visitar a mi esposo. Mis hijos pequeños, Giusseppi de 10, Nuria de 04, una señora pasajera, el chofer y yo.

Iba embriagada ante la espectacular naturaleza de mi selva peruana, y pensaba en silencio, sobre la magestuosidad de la creación... realmente deslumbrante, observar, el verdor de las plantas, los pájaros volar, las mariposas azules revoloteando y la pista, parecía una alfombra, limpia, impecable. Algunas gotas de lluvia, hacían más fresco el camino y disfrutar más del viaje.

En el auto sonaba un CD, con el rock de los 80 y yo evocando y taradeando, las canciones de SODA STEREO, en la hermosa voz de GUSTAVO CERATTI, enseguida LOS HOMBRES G, ¡Y cayó, y cayó la bomba fétida, y cayóóóóóó!... y otras bandas más, que hermosos años atrás, me hicieron mover el esqueleto a full.

Ante tantas curvas cerradas, les preguntaba a mis hijos si se sentían bien, ya que esto ocasionaba que se mareen y lo peor, que vomiten, pero sólo me decían que les dolía el estómago.



Todo iba tranquilo, nada hacía presagiar, lo que sucedería en el siguiente tramo de la carretera.

Yo seguía cantando, de pronto al bajar la curva, observé al lado izquierdo de la pista, a un encapuchado, con un arma larga, colgada en el hombro, vestido de negro y en la mano, una pistola... mi corazón dio un vuelco y sentí el peor miedo, que jamás había sentido en mi vida.


Traté de serenarme, y le dije a mi Giusseppi, -¡Hijito, no tengas miedo, están asaltando la carretera!- mi pequeña dormía y el encapuchado se acercó corriendo hasta la puerta donde estaba mi hijito, abriéndola en un segundo y amenazándonos a todos con la pistola... 

Mi corazón se desesperaba, era capaz de entregar mi vida, con tal de que a mis hijos no les suceda nada. Otro delincuente, salió de la espesura de la selva, también con arma, atrás del carro, apuntándonos. Delante de nosotros, 10 carros más, entre combis, camiones de carga y otros, los pasajeros tendidos en el piso con las manos en la cabeza, el resto de encapuchados que sumaban 08, asaltando a los demás y yo, temblando de pies a cabeza. 

Saqué todo lo que tenía en mi cartera, y en la desesperación y el pánico, no encontraba el dinero... mi hijo, comenzó a temblar, y mi corazón se apretaba más, de angustia, de impotencia, de no saber qué hacer..., el encapuchado -¡Rápido, entreguen el dinero, rápido, rápido!-, sin dejar de apuntarnos con el arma.

Tiré mi monedero y mi hijito se lo entregó con miedo y casi llorando... enseguida el delincuente se fue, para sorprender a otro auto... a lo que aprovechamos con el chofer a cerrar la puerta.

 -¡El llanto asomó a mis ojos!-, -¡Señora, por favor tranquilícese, que no se den cuenta que está nerviosa, de lo contrario nos pueden disparar!-, me dijo el chofer, muy preocupado.
Solo sé que en ese momento, pensaba en mis hijos. Mi esposo, a quien íbamos a visitar no sabía nada, y yo queriéndome comunicar para avisarle... pero no podía, se darían cuenta y sería peor.

Abracé a mis hijos con todo mi amor y empecé a rezar en voz alta, la oración del SALMO 23... -¡Es Yavé mi Pastor, nada me falta, me hace recostar en verdes pastos y me lleva a frescas aguas... y seguí hasta el final.

De pronto, se escuchó: -¡Se están retirando, los asaltantes están huyendo!-. 
Después de despojarnos de todo nuestro dinero, los encapuchados se tiraron por la espesura de la selva, y se perdieron de nuestra vista.

Le agradecí a mi Dios todopoderoso, abracé fuertemente a mis hijos, Giusseppi y yo, comenzamos a temblar de nuevo, Nuria mi pequeñita, no presenció nada y recién estaba despertando, los besé, acariciando sus cabecitas y los calmé poco a poco; diciéndoles que todo había pasado. La señora que iba en el asiento delantero, al costado del chofer, me ofreció agua, les di de beber a mis hijos, nos acomodamos y emprendimos el viaje, junto a los demás carros y sus pasajeros.

La pesadilla había terminado, pero la carita de angustia y la tembladera de mis hijos, me hizo llorar todo el camino.

Logré comunicarme con mi esposo, y llegué por fin a mi destino, con mis hijos, la señora y el chofer... SANOS y SALVOS y hoy... de regreso a casa, estoy contándoles esta horrible historia!

¡Les dejo un cálido y cariñoso abrazo y cuando viajen, y se les presente un caso como éste que he vivido con mis hijos, no pierdan la calma y oren con todas sus fuerzas, porque Dios es grande y él no permitirá, que nada malo nos suceda!.

Nuria Lourdes (01:00 a.m.)

28 comentarios:

  1. Triste viaje con un final feliz y e que cuando ¡Dios quiere con todos los aires llueve!,
    Felicidades por la narración y por salir con bien.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias André por tu aporte, la verdad, fue horrible, pero gracias a Dios, estamos bien.
      Un abrazo!.

      Eliminar
  2. Madre mía, qué miedo!!! Me alegro de que todo se haya quedado en el susto y que sólo haya que lamentar pérdidas materiales.

    Un besote y espero que ya estés más tranquila.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es amiga, un gran susto, que ya estamos superando!.
      Un abrazo!

      Eliminar
  3. Omg!, menuda experiencia más mala y amarga!, menos mal que estáis todos bien y todo quedó en un susto!, bueno, sin pasta (money), pero al fin y al caba un susto...

    Ojalá no vuelvas a tener k revivir d nuevo una situación igual o similar... ojalá!

    Bueno bella, un besito y ánimos, k la vida son dos días!, muak!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras. Aún en la noche lo recuerdo y rezo con todas mis fuerzas para que no nos vuelva a suceder esta horrible experiencia.
      Te dejo un abrazo!.

      Eliminar
  4. Yo no perdería los nervios, Nuri. A mi se me abriría el esfínter para expulsar alimentos digeridos a modo de géiser. Yo si que temblaría, vamos. Me alegro que tu y tus hijos estéis bien y que si quieres que haya sido dios el que te haya sacado de esa, pues cree. Pero cree más fuerte para que no te haga pasar esos sustos. Un besito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias de corazón, escuchar sus palabras de aliento, me reconforta y sé que es Dios, él que nos ha sacado de esto con bien.
      Te dejo un abrazote!.

      Eliminar
  5. Nuria, que susto , ya lo imagino, pero ya pasó todo , gracias a Dios. Así que ahora hay que dejarlo atrás y superarlo, con fuerza- Que no nos pase nunca ,nunca , mejor- besosss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Rosa por tus palabras y como tú bien dices, ya pasó todo.
      Te dejo un abrazote!.

      Eliminar
  6. Que rabia! Pero te entiendo, soy de México y desafortunadamente estás escenas para muchos se han vuelto el pan de cada día, muchos ya se han acostumbrado y hasta resignado, pero a mi me da rabia que toda la belleza que aun guardan los paisajes de nuestros paises se vean empañada por estas lacras sociales, que rabia q la avaricia, pereza,ambición desmedida, la falta de escrúpulos y valores de unos cuántos nos arruinen la vida a todos los demás.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Valeria, qué gusto.
      En todos lados pasan estos lamentables sucesos, desgraciadamente la DELINCUENCIA, es un problema social, que necesita de mucha fuerza y apoyo a las autoridades, para poder erradicarlo de raíz.
      Un abrazo!.

      Eliminar
  7. ¡Señora!
    Que terribles momentos le ha tocado vivir. Lo peor de todo; los niños. que han trenido que experimentar el terror.
    Una pena por la imagen que tenemos que proyectar al mundo, una imagen inexacta, pero que tiene pasajes obscuros como este.
    Ojala que lo olviden pronto y ojala que nunca mas lo vuelva a vivir.
    Los gatos, no le tememos a las armas; sino a quienes estan detras de ellas.
    Un abrazo gatuno y otro para sus pequeños.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es muy triste, pero cierto. La delincuencia, mal social que hay que erradicar desde la raíz, pero para eso, se necesita apoyo tanto social como de las fuerzas del orden.
      Un abrazo.
      Gracias por tus palabras de aliento, y espero no volverlo a pasar.
      Un abrazo.

      Eliminar
  8. Hola Nuria.
    Que pena y que terrible experiencia te ha tocado vivir.Esapero que nunca mas lo vuelvas a vivir.
    Te envio un abrazo fuerte y con mucho afecto.
    ojala que algun dia, se den cuenta de que se necesitan mas proyectos sociales, para que disminuya la violencia y el terror.

    ResponderEliminar
  9. ¡Que susto! Menos mal que todo pasó y resultó una pesadilla que no se convirtió en tragedia.
    Un abrazo, Nuria y recuerdos a tu encantadora familia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Pedro, Dios en todo momento estuvo con nosotros y está siempre.
      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Me alegro de que no os sucediera nada, yo también sé lo que es pasar por un asalto, para colmo a las pocas horas de enterrar a mi madre. En fin...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Bendito sea Dios y alabdo sea su nombre Yavé. Estoy contigo querida amiga, Un abrazo grande
    y todo mi apoyo, Que terrible... emåpieza a olvidar, y oremos.

    Que tengas una Semana Santa en amor y paz.

    ResponderEliminar
  12. Qué susto tan real, mamma mia, lo siento que tuvieras que pasar por ello, ay tus hijos tan chiquitines!

    un fuerte abrazo.

    maite

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ma. Todo ahora está yendo bien, gracias a Dios, los chikos superando cada día, este mal momento.
      Un abrazo fuerte para tí también.

      Eliminar
  13. Vaya que susto has pasado y con tus hijitos peor;
    afortunadamente Dios nunca nos abandona y a parte de una perdida material que se recupera, se encuentran bien que es lo verdaderamente importante.

    Un fuerte abrazo.
    MariCarmen

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Mari, es verdad, Dios siempre está con nosotros en todo momento y le agradezco por habernos cuidado y sacarnos con bien de horrible momento.
      Un abrazote.

      Eliminar

CASA CHIC

Después de ordenar y limpiar mi casa, siento tranquilidad y es que dicen que el desorden es sinónimo de cómo te encuentras interiormente, al...