¡MIS HERMANITOS Y YO!... EN BLANCO Y NEGRO.

Cada vez que veo esta fotito en blanco y negro, algo viejita por el tiempo, de mis hermanitos y yo... me embarga un enorme sentimiento de nostalgia... porque recuerdo, todas las travesuras que compartimos, las alegrías, las peleas, las penas, las ilusiones que todo niño tiene, de jugar, correr de un lado a otro, detrás de tu pelota preferida o de tu juguete especial, del cual nunca desearías desprenderte, de los juegos del momento, de cuando llegábamos a casa después del cole, de compartir nuestras tareas y tantas cosas... y hoy, daría todo, por  volver a reencontrarme con ellos, para jugar hasta el cansancio y decirles, que aunque seamos adultos y grandotes, pues el alma de niño, nunca se pierde. 

Enseguida sacaría mi jueguito de té de porcelana y como hermana mayor, les invitaría un té, con galletitas de chocolate, los atendería con todo mi amor y volveríamos a jugar, hasta que mamita nos llame, para ducharnos, cenar e ir a dormir, oyendo un hermoso cuento.

Cuando habían los clásicos apagones de mi barrio, prendíamos velas por toda la casa y después corríamos a nuestro dormitorio para cantar, las canciones que nos enseñaban en el cole, o las canciones de CANDY, MARCO, HEYDI, LOS SUPER AMIGOS, EL HOMBRE ARAÑA, METEORO y tantos más...bellos dibujos animados, que nos cautivaban y que veíamos en nuestro viejo televisor, blanco y negro... lindos momentos de nuestra niñez... cantábamos hasta que llegase la luz.

Observo nuestras risas inocentes, risas de niños, que aunque no lo tenían todo, vivíamos felices al lado de nuestros papás, porque nos enseñaron que las cosas se ganan con esfuerzo, que todo en esta vida, a veces necesita sacrificio, perseverancia, entrega, voluntad.

Mi padre un gran hombre, sencillo, trabajador, amable y muy respetuoso y mi madre, pues la mejor chamba, como le decimos aquí, para ella, no existen obstáculos, todo lo que se proponía para que su tienda crezca cada día más, lo lograba..., guerrera, de esas madres que se vuelven leonas cuando se trata de defender a sus hijos y de sacar adelante a la familia, siempre de la mano de papá.

Recuerdo los paseos al campo, los días domingo, todos levantándonos con mucha ilusión, pues papá organizaba caminatas, decía que conocer la naturaleza y almorzar bajo la sombra de un árbol, como mis lindos ALGARROBOS de mi Piura, era maravilloso... para él, la UNIDAD FAMILIAR, era primero.

Como hermana mayor, siempre tenía la responsabilidad de cuidar a mis hermanos, talvés en su momento, me sentía asustada, pues aún niña, tener responsabilidad para ver a tus hermanos, era algo complicado y si algo les pasaba a ellos, pues la que pagaba pato, era YO, así que cuando se portaban mal, no se escapaban de que les de algunos cocachos, jajaja, aún recuerdo como los perseguía por toda la casa cuando no me hacían caso y por ahí, uno que otro jalón de cabellos y de orejas, que a veces era necesario.

Perdí a mi padre, cuando tenía 15 años. Papá solo tenía 38, se imaginan?, pues una mañana en que salía en su moto para su trabajo, que recién había comprado, un imprudente lo atropelló, a consecuencia de ello, a los tres días, falleció... mamá embarazada de mi último hermano... mis hermanitos y yo... no aceptábamos la pérdida... apenas en la mañana nos había llevado al cole y al regresar, ya no estaba.

Recuerdo a mi hermanita Susana Miroslava, la tercera, fue al cuarto de papá, para oler su ropa colgada, abrazar las prendas y llorar, mi corazón, quedó roto, me acerqué a consolarla y también lloré, tanto, tanto... que hasta hoy recuerdo ese día y de cuánto extañamos a papá, fue en noviembre, estábamos cerquita a la navidad... la navidad más triste de nuestras vidas... en la radio sonaba esta canción: ¡¡¡Tú que estás lejos de tus amigos, de tu tierra y de tu hogar, y sientes pena, pena en el alma, porque no dejas de pensar... por eso y muchas cosas más... ven a mi casa esta navidad!!!.

Jhoh Fitzgerald, mi segundo hermano, un niño juguetón y apasionado del fútbol, siempre al lado de él, era su ídolo, sintió mucho la partida de nuestro padre.

Somos 6 hermanos, sólo él último, está soltero.

No todos vivimos en la misma ciudad, pero cuando nos encontramos en la casa de nuestra buena y linda madre, evocamos esos lindos momentos y los años maravillosos de nuestra niñez... momentos que siempre, perdudarán en nuestros corazones.