¡LA DANZA DE LAS ESTRELLAS!

Ella no podía dormir, el insomnio amenazaba con tenerla despierta hasta el nuevo día. Decidió entonces, salir de la habitación y contemplar el cielo, esta vez deseaba observarlo en toda su inmensidad, con una luna brillante, iluminando todo, con las estrelllas, con esos puntitos, tan diminutos, que tal vez sean nuevos planetas, quién sabe? La galaxia es tan amplia.

Tanto se dice que si observas detenidamente la noche, puedes ver cualquier figura, pero ella, sólo tenía la ilusión de encontrar la carita sonriente de su hijo mayor, que había partido, hacía 18 años... sería ya... un guapo adolescente.
 

De tanto mirar el cielo, vio como poquito a poco, las estrellas se movían, con una total armonía, que trajo su sillón confortable y se acomodó para mirar, aquella danza luminosa.

 

Las estrellas formaron una linda sonrisa, después, le siguieron dos luceros, negros como las uvas, eran unos grandes ojos, tan grandes e inquietos, que contagiaban con su belleza.

Después, el viento ligero, trajo consigo, unos hilos, que de pronto se convirtieron en cabellos, y se unieron para terminar de formar aquel rostro... emocionada siguió contemplando aquella maravilla... era un sueño, no lo sabía, se pellizcó muchas veces el brazo, y se dio cuenta, que estaba despierta, volvió nuevamente sus ojos hacia el cielo, y escuchó una tierna voz, acompañando la hermosa sonrisa de su hijo.

-¡Mamaááááááááááá.... Te amoooooooooo... y estoy contigooooo!...

Desde entonces, cuando llega la noche y no puede dormir, coge su viejo sillón, y sale para contemplar el cielo y la DANZA LUMINOSA... LA DANZA DE LAS ESTRELLAS!


Autora: Nuria Ruesta Zapata (Derechos Reservados). 12:00 p.m.