¡CONQUÍSTAME DE NUEVO!

-¡Qué bonitos ojos tienes!-, le dijo el joven ilusionado a aquella bella dama.

Aquel cuerpo latino, musculoso, de dulce y simpática mirada, estremecieron todas las fibras de su ser.

El hermoso amanecer, le trajo a un Rey y ella sin saber qué decir o qué hacer, bajó la mirada, un poquito sonrojada.

Se sintió Princesa, se sintió halagada.

El galán intentó seducir de nuevo a la tímida joven, que preocupada por volver a casa, se olvidó de todo, hasta de que era casada.

El guapísimo latino la observó con sus impresionantes ojos verdes... y ella al verlo, se encontró con una dentadura perfecta, dientes completamente blancos, que hacían lucir al apuesto joven, una cautivadora sonrisa y aunque ella llevaba prisa, no le importó nada, y se quedó parada... alucinada...ante aquella fantasía, largo tiempo añorada.

En casa, su esposo la esperaba. Hace tiempo que él, no le decía nada. No existían los detalles, sólo paraba en la calle, con los amigos, en el trabajo, y con tal desparpajo, que hasta tenía tiempo para enamorar, a cuanta mujer se cruzara por su cara. 

El hombre era otro y no se dio cuenta, que hace mucho, había roto el corazón, de su joven amada.

-¡Soy casada!-, dijo con su débil voz y con sus cinco sentidos bien puestos... Pero, -¡Me alegra oir tan hermosas palabras, parece que he vuelto a vivir de nuevo, pues de los apasionados besos... ya ni me acuerdo!-, (se respondió en silencio).

Él le tomó la mano dócilmente y con un gesto de cariño, la miró como lo hace un niño. 

-¡No tengas miedo de amar, toma mi mano y camina conmigo!-.

Ella lo pensó de nuevo, apretó su bolso al pecho y se alejó corriendo, dejando al joven con la pena y con gran dilema.

Llegó a casa y tiró el bolso fuertemente, su esposo al oirla, la gritó como un demente. 

-¿Dónde estabas?- preguntó, -¡Llevo 3 horas en casa y de tu vida, no sé nada!-.

La hermosa mujer se acercó suavemente... -¿Por qué tantas dudas en tu mente?-, -¿Recuerdas cuando nos conocimos, casi ni dormíamos de tantos mimos?-.

-¡Mírame, soy tu esposa y te amo... extraño tu amor y tu cariño, tus besos, el latir de tu corazón y pase lo que pase y apesar de nuestras diferencias... ME CASARÍA DE NUEVO CONTIGO, no es un desafío... es mi verdad!-.

-¡CONQUÍSTAME DE NUEVO, como aquél día cuando llovía!-

El hombre emocionado, sin palabras y lleno de sentimiento, se olvidó de los malos momentos... abrazó a su esposa y le estampó en la boca, los besos deseados, apasionados y revivió el AMOR.

Aquel encuentro esperado, había comenzado y del final, ya mejor ni hablar, es mejor imaginar...

Urgente vayamos a casita, a conquistar a nuestra pareja, mimarla... y por nada del mundo... dejarla escapar.

Nuria Lourdes (2:45 a.m.)