¡AGRESIVIDAD!... GRAVE PROBLEMA.

Holaaaaa para todos. Estuve casi cuatro días de vacaciones, les confieso que los extrañé mucho. 

Mi familia y yo, necesitábamos un descansito, la pasamos de maravilla y gracias a Dios, HOY... todos llegamos a casita, cansados, pero contentos por el paseo.

Pues bien, les tengo una nueva entrada, un tema, que estoy segura, nos hará reflexionar un poquito sobre nuestra manera de actuar frente a los demás.

Antes de venir a casa, estuve con mis hijos en una cafeteria tomando desayuno. Observé entonces que un señor se molestó demasiado y empezó a golpear la mesa porque lo que había pedido estaba demorando, se puso de tan mal genio, que casi rompe todo... mis hijos, se estaban asustando frente a su incontrolable cambio de humor.

Seguí la escena tranquilizando a mis hijos  y cuando todo se solucionó, el señor pidió disculpas y se fue. Enseguida me puse a pensar en el por qué de nuestras reacciones. Y llegué a la conclusión de que son nuestros padres los que ejercen una profunda influencia en el desarrollo de nuestra personalidad, durante nuestra niñez y también en nuestra adolescencia, pero OJO, consideremos también cómo los trataron a ellos cuando eran niños... la cadena continúa. Nuestra vida de adultos, es el fiel reflejo de cómo nos trataron de niños.

Lamentablemente desde pequeños, aprendemos a expresar nuestro ira o cólera, siguiendo a veces malos ejemplos de lo que vemos a nuestro alrededor y sin querer... pero como dicen, los niños hasta los cinco añitos, absorven todo lo que pasa, como una esponjita.

Si un niño está creciendo en un hogar donde los problemas cotidianos, terminan en pleitos, en insultos, en molestarse por una mínima cosa, entonces es lógico que va a aprender a reaccionar de la misma manera. El niño crecerá, pero no, como debería ser, porque tendrá daños completamente irreversibles y si los niños pasan por todo esto, entonces serán AGRESIVOS cuando sean adultos, algo que los perjudicará con sus amigos, con su familia, con las personas que los rodean y también consigo mismos.

Existen personas que casi no se molestan, y si lo hacen, olvidan rápido y siguen con su vida, mientras que otras son fosforitos y se prenden ni bien les dicen algo que a veces lo interpretan mal, quedándose resentidos por días, semanas, meses y auque parezca mentira, hasta años.

Con tristeza debo decir que la TOLERANCIA, poco a poco va desapareciendo y somos incapaces de escuchar y comprender a los demás, sin embargo, cuando no lo hacen con nosotros, nos molestamos.

Frente a este problema, primero hay que calmarnos, no metiendo más leña al fuego, porque nos podemos quemar. Tratar en todo momento de no molestarnos... parece difícil, pero no es imposible, no tomar las cosas a la ligera, pensar antes de actuar.
Todos en algún momento nos hemos molestado y también hemos perdido el control, pero cuando todo pasa, nos damos cuenta, que no valía la pena hacerlo.

Cuando estemos a punto de salirnos de nuestras casillas y acercándonos a perder la paciencia y el control, pues cerremos los ojos y en silencio miremos a JESÚS y recordemos cuanto soportó para salvarnos, cuántas humillaciones, maltratos, castigo físico, en manos de sus verdugos, los peores AGRESIVOS y llenos de odio y jamás se inmutó para agredir a alguno de los soldados romanos... todo por nosotros y encima pidió a su padre para que nos perdonara, porque no sabíamos lo que hacíamos... no existe punto de comparación con nuestras actitudes.

Escuchemos con paciencia a los demás, todos nos equivocamos, no somos perfectos.

Por eso antes de reventar de cólera... mejor... RESPIRA PROFUNDO, BUSCA UN PASATIEMPO, BAILA, CANTA, PRACTICA TU DEPORTE FAVORITO o lo que quieras, pero disfruta de la vida y sé felíz.

Un abrazote!.