¡EL ESPEJO!... (Cuento Corto).

Al despertarse por las mañanas, corría para mirarse en el espejo, que siempre permanecía en el mismo lugar.

Sufría cuando su cara no lucía igual como de costumbre, parece que el correr de los años, le estaban haciendo daño.

Su rostro lucía más hinchado, unos kilos más, algunos zurcos por el borde de los labios, algunas arrugas por la frente, el cabello, haciéndose, más fino, más escaso... el anuncio del otoño, estaba llegando, había que decirle adiós a la hermosa primavera, que tantos años la llenó de alegría por los verdes campos.

Decidió meterse en la regadera, el líquido vital, refrescante y transparente, le aliviaría en algo sus tristes tardes, calmaría la sed, de los años que poco a poco se van, para perderse, por quién sabe a dónde y la vida continuaría su rumbo, su destino; todo seguiría igual.

Sin embargo, el espejo seguía ahí, mudo ante cada amanecer, esperando el regreso, esperando el despertar de aquella hermosa doncella, que sigilosa y descalza, vagaba por su cuarto, mirando por la ventana, deseando con júbilo, ver llegar a un corcel dorado y con blancas alas, que la lleve a volar tan lejos, donde no hayan ocasos... sólo amor y eternas primaveras.

El silbido de un pajarillo, la sacó de aquel embeleso, y sin querer, votó el espejo... mil fragmentos rodaron por la habitación, mil pedacitos de lo que un día fue, el cuerpo más bello, el corazón más tierno, el alma más pura, las caricias de la juventud, los suspiros del amor... recogió todo y con ellos, sus ilusiones y sus sueños. 

En el fondo de la habitación solitaria, notó que aún quedaba, un pedacito de aquel espejo... lo levantó silenciosa y lo puso ante sus ojos... lo que vio, la dejó impactada... aquel pedacito reflejaba, su juventud añorada...

De aquella triste señora, ya no quedaba nada... entonces decidió mirar, lo que su corazón le dictaba...

¡BELLEZA ETERNA... BELLEZA DEL ALMA!.

(Autora: Nuria Lourdes 4:20 p.m)