¡ENGREÍDA Y CAPRICHOSA! (Relato Breve)

Claudia era la niña más odiosa y engreída que jamás se había conocido. De clase media alta. Estudiaba en la escuela más cara de su país. Consentida hasta la exageración por sus padres, ya que era hija única. Salía de vacaciones y sin decirles nada, decidió visitarlos y darles una sorpresa. La directora del prestigioso colegio, le dio permiso sin más remedio, era una alumna aplicada y merecía tal premio. Llamó desde su celular al chofer de su casa y en escasos segundos apareció una camioneta 4x4 con el conductor al volante, para llevarla a reencontrarse con ellos.

Durante el viaje y con poquísimo equipaje, se quedó dormida, los sucesos del agitado día, la hicieron  soñar.... 

... "Llovía intensamente, que no se podía distinguir el horizonte. La carreta y los caballos avanzaban con dificultad y el conductor resistiéndose al frío.

La niña que iba dentro, lloraba desconsalamente, sus padres habían muerto víctimas de una mortal epidemia y ella llegaría para verlos y darles el último adiós.

Sus escasos 11 años, no le permitían comprender, que ahora se quedaba sóla en un mundo, que como decía su padre, no era de los "muertos", sino de los "vivos"... a ellos había que temerles, ya que los muertos, muertos están.

Cuando llegó a su destino, la lluvia había cesado..., bajó en total silencio y tan sumida en sus pensamientos, que se olvidó de todo, hasta de dormir, el cansancio del viaje y la fuerte tempestad, hicieron que faltara un poquito para desmayar, pero logró vencer los obstáculos y luego de acercarse a los ataúdes de sus padres, acompañada por las criadas, se echó a descansar... mañana sería otro día y como nuevo, traería otro afán.

Entre sueños, se veía con sus 5 añitos de la mano de ellos, dejándola en un internado para niñas bien, el cual para su gusto, era solitario y triste, a pesar de todos los lujos que tenía... Inmediatamente y sin despedirse de sus padres se alejó hasta la habitación especialmente preparada para ella, guardando en su corazón una infinita pena, no comprendía por qué, sus padres tomarían tan triste decisión, alimentando de a poquitos un inolvidable rencor.

Habían pasado 6 años desde aquella triste mañana en que la dejaron en aquel fino y opulento lugar, años, en los que sólo sabía de ellos, a través de cartas que leía una y otra vez, imaginando, tenerlos ahí, y prodigándole todo el cariño que le hacía tanta falta. Ellos siempre diciéndole que la amaban muchísimo y que pronto estarían juntos, había que atender los negocios, siempre los negocios. 

Ahora que los había perdido, ya no tenía nada, descubriendo después, que era hija de los criados, los mismos que la dejaron en el internado, y que gracias a sus amos millonarios, ella tendría una buena educación. Fue recién que comprendió el sacrificio de sus padres, fue tan grande la sorpresa, que lloró desconsaladamente por haberlos criticado y no decirles cuánto los amaba".

Los horribles baches, producto de la pésima carretera, despertaron enseguida a Claudia, y se dio cuenta que todo había sido sólo un sueño, un mal sueño.

El chofer le comunicó: -¡Hemos llegado mi niña!. Observó frente a su casa a mucha gente, sin imaginarlo, sus padres le habían preparado una hermosa fiesta por sus excelentes calificaciones, la comunicación de ellos y el colegio, eran constantes.
Emocionados la recibieron con un gran cartel de bienvenida. Diversidad de globos de todo color engalanaban el precioso lugar. Bocaditos y bebidas por doquier. La música, al compás de una champaña y todos felices por su regreso.

Ella salió de la camioneta, y se dirigió corriendo hasta ellos, lanzándose felíz a sus brazos. Ante el miedo de perderlos, los estrechó fuertemente, sea como sea, eran sus padres y había que disfrutar su compañía, ahora entendía, que la vida tenía sentido, el miedo a que murieran y lo que había soñado sobre aquella niña triste que iba en la carreta, hizo que renaciera todo ese amor profundo que tenía guardardo por años y que ellos le entregaban a montones todos los días.

Dejó los caprichos y engreimientos a un lado, convirtiéndose luego en una hermosa adolescente, sencilla, soñadora...  agradecida a la vida y al amor de sus padres.

Autora: Nuria Lourdes (8:40 a.m.)