¡Martes 13! "Sobreviviendo"... Capítulo II

... Mi corazón se aceleraba fuerte al sentir más cerca sus pasos, -¡La llevo señorita!- Su cabello ensortijado y mojado me inquietó un poco, se veía un sex symbol con sus rulos cubriéndole en algo sus marrones ojos, que a pesar de la lluvia, pude observar muy bien.  Llevaba  una casaca oscura, por dentro una chompa blanca, chalina en el cuello y su perfume con aroma a pino, embriagaba los sentidos.  Yo no sabía qué decir, pero la tormenta seguía intensa y era urgente tomar una sabia decisión... pase lo que pase, poner a buen recaudo mi vida, era lo más importante. 

Ante la varonil figura del extraño, respiré profundo y le dije que sí... él; atento y amable me invitó a darle la mano para ingresar al auto y subí acomodándome en el confort del modernismo. Entonces se dio la vuelta para subir por el lado izquierdo, lo que aproveché para poner seguro a las puertas, encender el auto y darme a la fuga. Las llaves estaban prendidas y no lo dudé un segundo, aceleré veloz.. y me fui.  Mi mamá siempre decía, -¡jamás subas en autos de desconocidos!- y vaya que no aprendí la lección.

Mientras el hombre agitaba la manos desesperado y mojándose terriblemente... yo miraba por el espejo retrovisor... y por lo iracundo de sus gestos, imaginé todos los improperios que me estaba diciendo... ¡Por Dios del cielo, sólo quería estar a salvo!... La torrencial lluvia amenazaba con seguir toda la madrugada, así que tomé otra bocanada de aire... lo que me dio fuerza para conducir con extremo cuidado. Era el peor martes 13 que había tenido!

En el trayecto de la carretera mojada, pensaba que había actuado mal con aquél desconocido, pero en esta vida y en esta situación... no hay que confiarse de nadie, no quería que me encuentren descuartizada o lo peor, que no me encuentren nunca.

Llegué a casa pasada las doce horas, las lluvias me habían retrasado y el camino estaba terrible; mañana sería otro día y lo primero que haría, era llevar el auto a la primera estación policial más cercana y de pasadita llamaría a uno de mis colegas, por si había una denuncia en mi contra.

Con algo de optimismo por haber llegado sana y salva, abrí la puerta para ingresar a mi hogar, tiré mis botas que todavía chorreaban agua y luego me quité la ropa. Tenía mucho frío, así que encendí la calefacción y me volví a sentir segura dentro de mi refugio... mi casita al fin... qué respiro!

Después de tomar un café cargado, el cielo se iluminó con fieros relámpagos y un rayo despistado ocasionó que algunos postes del alumbrado público se cayeran. provocando un apagón en toda la ciudad.

Dispuesta a meterme en mi cama, cubierta sólo con mi bata de dormir, escuché fuertes golpes en la puerta...  prendí enseguida una vela y nuevamente el miedo se apoderó de mí, con mis 30 años a cuestas, abogada de profesión, divorciada hace 3 años y sin hijos, me había acostumbrado a vivir sola, así que no esperaba a nadie... ¿sería el desconocido del auto?... ¡¡¡Oh noooo!!!... ¡Por favor no!...


* Sex symbol: Persona famosa, sea hombre o mujer; considerada como representante del modelo de la belleza erótica de una época determinada.  El término fue usado por primera vez alrededor del año 1911.

Continuará... no te pierdas el último capítulo!


Autora:  Nuria Lourdes (6:40 p.m.)