El frío de la ciudad de Richmond era terrible, la intensa nieve empañaba el parabrisas del auto de Rosa, que no veía la hora de llegar a casa. Las noticias en la radio eran alarmantes, las muertes por el frío iban en aumento y Rosa temía lo peor, su hijo la esperaba en casa ardiendo en fiebre; la desesperación se apoderaba de Rosa.
De pronto un ruido ensordecedor detuvo el auto, Rosa alarmada bajó para ver de qué se trataba y se dio con la ingrata sorpresa de que había atropellado a un perro que por sus características era un sabueso de raza bassen house. Los tristes ojos del can denotaban que sufría un intenso dolor y sus quejidos eran tan lastimeros, que a Rosa se le estrujó el corazón.
Rápidamente cargó como pudo a la mascota y la subió al auto, la sangre emanaba de su barriguita, y Rosa no pudo contener las lágrimas, culpó a la nieve y dijo mil improperios, ahora con más razón debía llegar a casa lo más rápido posible, tenía que atender a dos enfermitos.
Cuando por fin llegó sintió un gran alivio, dejó al perrito en la alfombra, lo cobijó y corrió para ver a su hijo, le contó lo sucedido y sin más contratiempos, bajaron enseguida para ayudarlo.
Martín, que así se llamaba el hijo de Rosa, se puso felíz con la cálida visita del herido can; y la fiebre se le fue enseguida, él no tenía hermanos y tener una mascota siempre fue su gran sueño... la mirada cómplice de Rosa, la hizo comprender que aquél hermoso animal llegaba a sus vidas en momentos difíciles, pero que no sería un obstáculo para que se quede a formar parte de la familia.
Autora: Nuria Ruesta (12:00 p.m.).
Autora: Nuria Ruesta (12:00 p.m.).
Que lindo mamá me hace recordar a las historias que me contabas de los perritos que tenías, las maravillas que hablabas de ellos; muy conmovedora historia!!
ResponderEliminarGracias hijito y te invito también a seguir escribiendo porque lo haces muy bien.
EliminarBesos.
Bonita y entrañable historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón
Gracias Ramón y bienvenido siempre.
EliminarFelicitaciones por tus didácticos tutoriales, son muy buenos.
Un abrazo.
Uy que linda historia te mando un abrazo
ResponderEliminarGracias Citu amiga, qué lindo que te gustó. Otro abrazo grande para tí.
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