¡Intentemos COMPRENDER... antes de ser COMPRENDIDO!

En nuestro diario vivir es muy común que casi no tengamos tiempo para escuchar a nuestros hijos, algunas investigaciones han demostrado que nosotros los padres captamos apenas una cuarta parte de lo que un niño dice.

Considero que es cierto. Son tantas cosas que tenemos en la cabeza, que no nos concentramos en escuchar a nuestros hijos y vaya que lo necesitan y piden a gritos.

Es necesario ESCUCHARLOS, y aunque nos desesperemos y en algunas oportunidades perdamos la paciencia con sus "cosas", hay algo que se llama la "empatía", que debería ser la "dote profesional" de nosotros los padres. Ponernos en su lugar, sentir dentro del otro, involucrarnos profundamente con ellos... sería ideal.

Es necesario también controlarse para poder comprenderlos. Si estamos de mal humor, nerviosos, irritados y sobre todo querer tener la razón a toda costa, la comprensión se ve terriblemente complicada.

Cuando nuestros hijos nos hablan, debemos evitar interrupirlos, cambiar por capricho de argumento, hacer preguntas sin esperar respuestas, minimizar, preparar la respuesta o hacer otra cosa mientras los hijos están hablando. 

Justo mi hija mayor me conversaba de cómo le había ido en su viaje y yo por atender a sus hermanos la interrunpí, ella perdió la hilación del tema y por ende se molestó conmigo... repito, es necesario escuchar no solo con los oídos, sino también con los ojos, son el lenguaje del alma.

Brindémosle tiempo a nuestro hijos, les hace mucha falta, no se imaginan lo contentos que se pondrían, si mostramos interés en lo que nos cuentan.

Si ellos sienten que realmente son escuchados, entonces tendrán la prueba de que nosotros los padres, los estimamos y los queremos mucho, así se sentirán seguros de que los comprendemos, mejor de lo que puedan él o ella expresado con sus palabras.

Los invito a reflexionar en el tema y les deseo un bonito y felíz inicio de semana.

Un abrazo.

Nuria Lourdes (12:45 p.m.)