¡En Casita otra vez!

   Hola para todos... qué alegría poder estar de nuevo con ustedes. La verdad he tenido algunos contratiempos y bastante difíciles, pero gracias a Dios, todo bien.

   Les cuento que viajé hasta mi hermosa ciudad de Piura como era mi gran sueño... poder estar de nuevo junto a mi hija no tiene precio, por otro lado con la firme ilusión de que pronto salgan los cambios policiales y así poder estar con toda mi familia unida.

   Dejé la región selva y ahora estoy en la región de la costa. Soy una gitana en serie.

¡MI CÁLIDA Y BELLA CIUDAD DE PIURA!

    Traje algunas de mis cosas, ya saben que la mudanza es un loquerío y un estrés total, por eso ahora a respirar profundo y a seguir para adelante.

¡MI HIJA NURIA FELÍZ EN CASITA!

   El viaje fue una osadía, me traje a "Kimba" y a sus cuatro gatitos en una cajita muy bien acondicionada, no imaginé que el controlador del bus descubriera a mi esposo con ellos, por poco y nos bajan a toda la familia, pero después de explicarle razones y muy buenas por supuesto, el buen señor nos dijo que tengamos bastante cuidado para que el resto de los pasajeros no se den cuenta de mis pequeños y cariñosos felinos... perdón... de mis inocentes gatitos.

   "Kimba" se portó muy bien durante el viaje, uff... no me imagino sin mi Princesa Gatuna.

   También traje mi moto, aquí en Piura, es obligatorio usar casco, así sea de guerra. Jijijiji, es una bromita, pero hay que hacerlo de lo contrario una multa de no sé cuántos soles, te cae encima.

   El viaje transcurría tranquilo, y de repente en una bajada, sentimos un golpe en el bus... desperté de sorpresa y mi esposo me dijo que el chofer había atropellado a un niño de siete añitos que se soltó de la mano de su madre para pasar la pista. Ella llevaba a su hermanito de ocho meses en brazos... realmente me chocó mucho.

   Esto sucedió a las 5:00 p.m. y a casi tres metros de la Comisaría del lugar. Inmediatamente vinieron los "Ronderos" que nos impidieron seguir nuestro viaje poniendo piedras en el camino hasta que se solucione el trágico hecho. Todos estábamos muy preocupados, no sabíamos qué hacer.

   Mientras estaba en el bus con los pasajeros, al lado de mi esposo y de mis dos pequeños hijos, pensaba en lo frágil que es la vida, que todo puede acabar en un segundo, que nadie tiene la vida comprada... y mi pena era cada vez más grande... me imaginaba el sufrimiento de su madre, quién cuidaría al más pequeñito mientras ella atendia al mayor?... muchas dudas en mi mente, que no conseguían respuesta.

   Pocos segundos después, recibimos información de que el niño fue evacuado inmediatamente a un hospital cercano y que a pesar de haber sobrevivido su estado era crítico... no era para menos.

  Los "Ronderos" nos tenían como rehenes, no querían dejarnos ir... y mientras esperábamos solución al problema vino la fiscal de turno. 

   Después de seguir con los trámites correspondientes, nos dijo que podíamos seguir con nuestro viaje. Tristemente eso no sucedió hasta la 1:00 a.m. en que mi esposo y todos los pasajeros se unieron para hablar claramente con los "ronderos"... decirles que nosotros estábamos retenidos en contra de nuestra voluntad y que estaban cometiendo un delito. 

   La llamada de atención fue fuerte y sin esperar más, el chofer y algunos pasajeros que habían bajado junto con mi esposo, subieron al bus y por fin pudimos continuar con nuestro viaje.

   Cansados y casi sin poder dormir, llegamos a Piura... el cielo estaba despejado, el sol cálido... mis lindos algarrobos estaban verdecitos y siempre frondosos, al fin volvia la calma.

  En silencio le agradecí a Dios por habernos traido bien a casa. Luego le pedí para que siga cuidando al niño en el hospital y para que pronto pueda estar al lado de su madre y de toda su familia.

A pesar de los tristes obstáculos del camino... la vida continúa... sigo aquí y siempre deseándoles lo mejor.

¡Bendiciones y cariños para todos!

Nuria Lourdes. (12:32 a.m.)

Ronderos: Ley de Rondas Campesinas que administran justicia dentro de su jurisdicción.