¡Para Mamita!

Mi corazón vibró de emoción cuando llegaste a visitarme, tus ojitos de mirada tierna, alegraron mi día y en una bella sinfonía... te abracé tan fuerte, que sentí el latir de tu corazón emocionado... madre e hija, en un inconfundible abrazo. ¡Oh mamita, cuánto deseaba verte!

Enseguida tus nietos corrieron a llenarte de besos... tu carita felíz, demostraba lo mucho que los extrañabas y ellos, diciéndote lo felices que estaban de verte.

Sabes?, es verdad que una madre jamás se cansa de esperar y que los hijos a veces somos ingratos, pero de algo estoy completamente segura, tengo la mejor madre del mundo, mi guerrera, mi leona favorita, aquella que siempre sabe lo que nos pasa y que con una palabra positiva, siempre nos reconforta el alma.

¡Perdóname por las veces que no he podido estar a tu lado, ya sabes que soy una gitana, siempre de un lado a otro, pero no olvides que tu dulce sonrisa me acompaña siempre!

Aunque no lo dices, sé lo mucho que extrañas a papá y en mis oraciones hablo con Dios, pidiéndole permiso para que tu gran amor venga desde el cielo a visitarte, sé que te pondrás felíz cuando papito te susurre al oído lo mucho que te ama y me contarás la experiencia, como el más bello de tus sueños... yo, estaré felíz de escucharte.

¡Te AMO con el alma mamita!, extrañabas mis cartas y no pude hacerte una especial por el día de tu cumple como era tu deseo, así que ésta va con todo mi cariño, recuerda que soy tu escritora favorita, romántica y sentimental como siempre me dices, pero súper felíz de tener una bella y buena madre como tú.

Que Diosito y la Virgen te cuiden e iluminen siempre, para que nos acompañes muchos, muchos años. Es mi mayor deseo.

Te dejo muchos besos.

Tu hija

Nuria Lourdes. (11:55 p.m.)