Las gotas de lluvia caían intensamente en las calles de Almería. Susana caminaba felíz, tendría la cita más esperada con el amor de su vida, ella lo creía así.
Lo vería por primera vez y su corazón latía tan fuerte que parecía salírsele del pecho.
Lo vería por primera vez y su corazón latía tan fuerte que parecía salírsele del pecho.
Guardó el paraguas antes de ingresar a su vieja casa, se despojó de las prendas casi mojadas, prendió la chimenea y se cobijó entre los tibios cojines, sintiéndose segura.
En la cocina el aroma delicioso del café, dispuesto para ella como todas las noches cuando llegaba del trabajo, una solitaria escritora, cuyo sueño era el de publicar sus libros y hacerse famosa.
En la cocina el aroma delicioso del café, dispuesto para ella como todas las noches cuando llegaba del trabajo, una solitaria escritora, cuyo sueño era el de publicar sus libros y hacerse famosa.
Mientras tanto ser la secretaria de una editorial era suficiente. Para Susana no había otro remedio.
La hora de la cita se acercaba, se incorporó de un brinco, dejó sus pensamientos y voló hasta la ducha.
El insistente sonido del timbre la sacó de la regadera, se envolvió como pudo en una afelpada toalla blanca, acomodó sus revueltos cabellos y conteniendo la respiración se acercó sigilosamente hasta la puerta.
Repentinamente el timbre dejó de sonar y el ruido de unas llaves la dejaron sin aliento, quién estaría del otro lado se preguntó?
Repentinamente el timbre dejó de sonar y el ruido de unas llaves la dejaron sin aliento, quién estaría del otro lado se preguntó?
La angustia se apoderó de Susana, se sentía indefensa, temía que lo peor estaba por suceder.
De pronto ese "alguien", ingresó... y un grito aterrador salió de la garganta de Susana.
Aquel hombre de sombría mirada y aspecto misterioso estaba ahí, frente a ella; era él, sí el de la cita, al que conocería por vez primera en persona.
Sola en medio del pánico, se dio cuenta, que había confiado en alguien que no conocía, en un completo extraño, un desconocido de internet que puso una falsa foto para captar su atención.
Poco a poco sintió unas sudorosas manos apretándole el cuello, su vida se extinguía.
Afuera la lluvia amenazaba con truenos y relámpagos...
Susana moría y nadie la escuchaba, el amor de su vida como ella creía, era su verdugo... Su asesino mortal.
Autora: Nuria Ruesta Zapata. (12:11 p.m.)
Aquel hombre de sombría mirada y aspecto misterioso estaba ahí, frente a ella; era él, sí el de la cita, al que conocería por vez primera en persona.
Sola en medio del pánico, se dio cuenta, que había confiado en alguien que no conocía, en un completo extraño, un desconocido de internet que puso una falsa foto para captar su atención.
Poco a poco sintió unas sudorosas manos apretándole el cuello, su vida se extinguía.
Afuera la lluvia amenazaba con truenos y relámpagos...
Susana moría y nadie la escuchaba, el amor de su vida como ella creía, era su verdugo... Su asesino mortal.
Autora: Nuria Ruesta Zapata. (12:11 p.m.)