Amanecía en la ciudad de México, el cielo estaba
totalmente nublado y los árboles se movían al ritmo de los vientos huracanados
que parecían agitarse sin control. Los primeros rayos de sol, que días atrás
irradiaban calidez, se habían ocultado sin remedio y todo se tornaba oscuro en
escasos segundos. Qué pasó? Gritaba la gente desesperada, las personas corrían en
diferentes direcciones, incluso hasta se chocaban, no importaba nada, solo
ponerse a buen recaudo.
De pronto una luz que casi cegaba los ojos iluminó el
cielo, un objeto ovalado de increíble luz brillante amenazaba descender frente
a miles de estupefactas personas que al observar el fantástico objeto, no
dudaron en acercarse más para saciar su morbosa curiosidad.
Aquel desmedido atrevimiento les costó caro, cual si fuera una aspiradora gigante los succionó y desaparecieron como por arte de magia. Los demás se
alejaron temerosos pero no evitó que cayeran desplomados de la impresión…
ellos… no supieron más de lo que ahí pasó.
Comenzó un nuevo día, todo parecía normal como de
costumbre, el cielo volvió a brillar, la gente a trabajar y sus mentes nunca
recordaron que pasó… lo olvidaron todo.
Autora: Nuria Lourdes Ruesta Zapata.
Hora: 9:22 a.m.
ResponderEliminarHola Nuria, cuanto tiempo sin saber nada de ti, me dio alegría tu visita. Es un texto muy interesante, cuando algo no resuena con nuestra mente esta, se resiste a aceptarlo.
Un cálido abrazo.
Gracias también a ti Cristina, es lindo volver a tener noticias de nuestros bellas amistades del mundo bloguero, aunque no nos conozcamos personalmente, nuestros escritos hablan por nosotros.
ResponderEliminarBendiciones.
Me alegro muchísimo de estar, de nuevo, en contacto contigo y leer en tu maravilloso blog estos relatos como el que nos ofreces hoy llenos de intensidad y profundidad que envuelven y hacen reflexionar.
ResponderEliminarSabes que te estimo y admiro un montón.
Abrazos y Besines desde Asturias - España.
Oh gracias mi querido Pedro Luis, qué gusto saber de ti también. Qué alegría! Te cuento que estoy trabajando, soy abogada y ahora estoy en el sector público y estoy tratando de seguir escribiendo más seguido.
EliminarTe dejo un abrazo grande grande y también te estimo un montón.
Gracias por tu visita.
Cariños desde Perú.
Ehhhhhh, ¿dónde estabas metida?. No sabes que alegría me da volver a leerte.
ResponderEliminarEspero que estés bien.
Un abrazooooo.
Mi querida Lobezna gracias por tu cálida y grata visita, qué alegría tener noticias tuyas.
EliminarEstoy trabajando, ya que soy abogada y ahora del sector privado trabajo en el público y uff el tiempo se va volando, pero estoy retomando escribir de nuevo.
Besitos y también espero estés bien.
Un abrazo gigante.
Muy buen relato te mando un beso
ResponderEliminarGracias querida Citu, siempre atenta y linda.
EliminarUn abrazo grandote.
Me ha gustado el relato.
ResponderEliminarA ver si vienen aquí y se me llevan a algún planeta divertido...
Besos.
Jajajaja, bienvenido Toro salvaje. Sería ideal tu deseo y si es a un planeta súper divertido, creo nos iríamos todos.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu visita.
Hola! Me ha gustado mucho tu relato, te felicito por él, la verdad es que envidio a los que escribís, yo soy incapaz, jejeje.
ResponderEliminarPor cierto, muchas gracias por pasarte por mi blog, yo también te sigo ya :)
Besos!
Holaaa gracias a ti por venir y yo creo que sí eres capaz de escribir, solo es cuestión de que te lo propongas, el resto viene por añadidura.
ResponderEliminarUn abrazo gigante y qué lindo que ya estés por aquí.
Bienvenida siempre.
Me gusta cuando me hacen pensar, Nuria. Veo en tu relato la destrucción de los sueños nocturnos que todas las mañanas desaparecen al ir a trabajar.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Javier por tu grata visita, me alegra te haya gustado mi relato.
EliminarEres siempre bienvenido.
Un abrazo.