¡Hola, amigos!
... Deseando siempre se encuentren bien junto a sus seres
queridos. Hoy he vivido el día más triste y difícil de mi vida. Recién voy
retomando fuerzas para escribir y aquí estoy de nuevo.
Como ustedes saben tengo
mi emprendimiento de miel y mis repartos los hago por las mañanas y por las
tardes.
En casita tengo a mi mamita de visita desde el último jueves. La hemos
traido a casa para que se disipe y se divierta con sus nietos y así ha sido
hasta ayer.
Hoy algunos de los miembros de mi familia, despertamos con sueños
feos que habíamos tenido. Cada uno lo comentó a la hora de desayunar y mi madre
fue una de ellas. Su sueño fue que una enfermera le decía que estaba mal y que
debía ir al hospital y mi madre le respondió que ella estaba bien y que no era
necesario acudir al médico...
De pronto despertó y mi madre se dio cuenta, que
era solo un sueño. Terminamos de desayunar y a la hora del almuerzo la notaba
pensativa y hasta triste. Le pregunté si se sentía bien y me dijo que sí.
Entonces le dije que iba a entregar mis pedidos y que regresaba enseguida.
Mi
esposo y yo salimos en nuestra camioneta con los pedidos para las entregas y ya
casi a cuadra y media de salir de casa, se da cuenta que había olvidado su
mascarilla.
Retrocedimos inmediatamente para ir a buscarla y al llegar a
casa mi pequeña hija de doce años salía corriendo para avisarnos que mi madre se
había caído de las escaleras. Sentí mi corazón salirse del pecho.
Corrí hasta
donde estaba ella y mi hija médica junto a su hermano la estaban auxiliando. Mi
madre yacía en el piso, sangraba mucho...
Yo sentía morir al ver su pálido
rostro y ella al verme desesperada me decia todo va a estar bien. Enseguida la
llevamos al hospital, se había golpeado la cabeza fuerte y además se cortó la
pierna, tuvieron que ponerle casi 13 puntos. Después le sacaron una radiografía
para descartar alguna fractura y también examinaron su cabeza. Gracias a Dios
todo estaba bien.
Solo permitieron que mi hija ingresara al hospital acompañando
a su abuelita. Me quedé afuera, angustiada y llorando desconsolada por ella,
pensaba lo peor. Los minutos se hacían interminables, mi corazón se estrujaba
más. Hasta que por fin recibí la llamada de mi hija indicándome ya podíamos
llevar a mi madre a casa.
La acomodamos en la camioneta y partimos. Frente a
ella quería ser fuerte, su carita triste me partía el corazón y su dolor me
laceraba el alma. Al fin llegamos a casa. Mi hija y yo la cambiamos y la
acostamos para que descanse. A los pocos minutos se quedó dormidita. Luego
cogí su vestidito para lavarlo, al verlo con sangre volví a llorar y mientras
lavaba la prenda le pedía a Dios no me la quite nunca, porque es la madre más
valiente y luchadora que haya visto. Dios me ha escuchado... Y agradezco la
bendición de tenerla de nuevo a mi lado.
Por favor cuiden mucho a sus padres,
nunca es tarde para decirles cuánto los amas. Cuando somos niños son ellos
quienes nos cuidan, pero luego cuando llegan a la ancianidad; ellos son nuestros
niños y nosotros... Sus padres.
Bendiciones amigos y amigas.
Nuria Ruesta Zapata
(Hora: 12:57 a.m.)
P.D. He redactado desde mi celular con dificultad. Agradeceré
su comprensión. 🌷